Lo clásico nunca muere

Reseña: Dragon Quest XI: Echoes of an Elusive Age Definitive Edition S



Es extraño, uno de los géneros que más cambios han tenido a lo largo de los años es sin duda el JRPG. En su afán de sentirse más modernos cada vez se sienten menos chéveres, que necesitan regresar a sus raíces. No me malinterpreten, adoro los JRPG de acción cómo los que hizo From Software y Monolith Studio o los que apelan a darle un aire nuevo al clásico sistema de turnos cómo lo hizo Octopath Traveler, Persona/Shin Megami Tensei y Bravely Defult. Incluso uno de los reyes de este género, Final Fantasy ha dejado de lado la acción por turnos a uno real.

A pesar de todo esto existe una IP que se niega a cambiar rotundamente y que a lo largo de los años su esencia se ha mantenido. Claro que me refiero al otro rey de los JRPG: Dragon Quest, juego que le pone el Enix a Square (Para los que no sepan, antes de los 2000 Square Enix era dos empresas diferentes). Lo raro es que Dragon Quest siendo el padre del JRPG, su popularidad en América ha sido nula en este lado del charco, siendo DQ XIII la última entrega antes del XI en intentar llamar la atención de la audiencia occidental. Spoiler alert: no lo logró porque ese juego salió en el PS2. Pero bueno el pasado es pasado y la verdad me alegra informarles mis valedores que Dragon Quest XI: Echoes of an Elusive Age Definitive Edition S pudo lograr dos cosas: Tener un nombre estúpidamente largo y que es la entrega hizo popular la franquicia en América, así que vayamos paso por paso porque es así.

¿Por qué no empezamos con la historia? Que es uno de los pilares para un JRPG. Nosotros tomamos el papel del héroe (según Smash Bros) o la luminaria, quien es la reencarnación de un antiguo héroe que salvo al continente de Erdrea de la obscuridad. La luminaria al cumplir la mayoría de edad le es encomendado ir al reino de Helionor para hablar con su rey y así obtener el apoyo suficiente para detener al mal que está poco a poco retornando. Tú al llegar a dicho reino, el rey te recibe con trompetas y escolta nada más para decirte que TÚ eres el presagio a una era de obscuridad y lo mejor que puedes hacer es pudrirte en una celda por el resto de tu vida. Cómo este es un videojuego y debe haber AVENTURA es más que obvio que te escapas con la ayuda de tu primer compinche: Erick. Juntos empezarán una travesía para no solo reclutar a más gente a su causa, si no para tener la ayuda del árbol sagrado Yggdrasil.

La verdad la historia suena a FANTASÍA CLÁSICA por dónde lo mires… Y sí, la verdad que sí. Uno podría pensar que no tiene chiste, pero el juego aun así cuenta con giros de tuerca bastante buenos que le dan sazón a la trama. No es nada que te vuele la cabeza, aun así, tiene sorpresas que te harán sentir sentimientos. Bueno, yo sí lloré con ellos. Lo importante es que DQ XI ―Y lo escribo con el número porque uno podría pensar en la franquicia de helados ―, sí logra venderte el sentimiento, la emoción de irte de aventura y salvar a quienes puedas en el camino porque como buen juego inspirado en una época pasada ya que la estructura de la historia es muy “retro”: cada lugar que visitas tiene un problema que debes resolver. Podíamos decir que son los arcos de una saga de anime, que se sienten individuales unos de otros, pero aun así logran formar una narrativa sólida. Una sola historia que te hace apreciar más a la gente y su mundo. Claro que en estos pueblos están enlazadas las típicas misiones secundarias de los JRPG. No son para nada desechables porque te pueden dar equipamiento y materiales para la forja, aunque hablaremos de eso más adelante. Están coquetas las misiones y algunas te pueden sorprender por el trasfondo que tienen porque algunas tienen conexión/seguimiento, lo cual le da más profundidad.

¿Y cómo te harás paso en este mundo fantástico? Por el sistema clásico de turnos de los JRPG. La verdad sonaría medio tonto explicar algo que ya es muy conocido, pero como dije antes, este género ha mutado tanto que ya es extraño ver este sistema. Al entrar en una batalla tus personajes y los enemigos se turnarán para realizar una acción por turno, atacar, usar magias/habilidad, etc. Todas estas acciones las realizas por medio de un menú de selección para posteriormente seleccionar al enemigo que le va caer el vergazo o al aliado para darle algún apoyo. Algo que sí está de más es que en un principio todos en la batalla podrán moverse como sí de un juego de acción se tratará, supongo que se hizo para apelar la atención a la audiencia occidental sin embargo esto para nada afecta el gameplay porque sigue siendo un juego por turnos. La distancia o dirección para nada afecta el rendimiento de las batallas y la verdad te aconsejo que lo desactives en el menú de opciones del juego porque la neta, no aporta nada al combate. El desempeño de los personajes se rige mucho de sus estadísticas y del equipamiento que le pongas, por ejemplo, la luminaria es el personaje más equilibrado, por ende, puede hacer tanto ataques físicos cómo mágicos, a su vez que hay magos que se enfocan en hacer daño masivo o apoyar al equipo. Ya dependerá como formes a tu party y tu estilo de juego. Para darle más sazón a tus “unidades” es que cada uno cuenta con un panel de progresión en donde podrás canjear puntos de habilidad y así desbloquear habilidades, magias o efectos pasivos únicos. Cada panel de personaje tiene ramificaciones en las cuales harán más especializados a los protagonistas en algo, tampoco es que vayas a cambiarlos por completo ya que sí tienen un estilo de pelear bien definido, pero vaya, te dan la opción de hacerlos como más te gusta. Para acabar con esto, los puntos de habilidad los conseguirás cada vez que subas de nivel.

Un agregado interesante es que tus héroes pueden realizar ataques especiales en conjunto, pero esto dependerá sí están en modo super sayayin azul… o Inspirados. Este estado se logra cuando un personaje recibe mucho daño y para compensar todo el chosto adquiere un aura que le da algunos bonus a sus estadísticas además de realizar las habilidades previamente realizadas, aunque tienen algunas restricciones: Que deben aprender un ataque en particular para realizar las habilidades más ponchudas y que los miembros del ataque estén conscientes, o sea que sí tienen algún estado alterado que les impida moverse, el juego te dirá directamente que no podrás realizarlo si es que no cuentas con los requisitos necesarios.



Lo bueno de este asunto de las peleas es que las puedes escoger tu porque verás a los enemigos repartidos en las diferentes locaciones del juego, es más está el detalle de que algunas criaturas interactúan entre ellos, dando la sensación de que están vivos. Nada de peleas aleatorias y eso siempre se agradece, al menos que estés en el mar. Ahí no hay de otra, te aguantas a lo que te lance el juego, pero bueno, por lo menos se ve bonito el mapa continental y estos combates no hostigan mucho como en otros JRPGs. Durante tu exploración en las diversas zonas del juego habrá lugares que “supuestamente” son inaccesibles para ti, hasta que te das cuenta que requieres una montura para pasar por las zonas bloqueadas. No te apures, estás monturas son enemigos que tienen un resplandor dorado a los cuales debes vencer para poder subirte en ellos y así hacer uso de sus habilidades para seguir avanzando. Es un detalle monón para los calabozos porque te pone a las vivas en pelar el ojo de arriba pa’bajo.

También vale la pena que decidas explorar las zonas en las que estés porque por lo general estas tendrán más materiales para la forja, algún cofre escondido o un secretito oculto por ahí. Para que la cosa no sea tan pesada por zona habrá mínimo un campamento en el cual podrás descansar para recuperar por completo a tus personajes, guardar, comprar cosas a un mercader que se siente muy acosador y acceder a la dichosa forja. Este último elemento es lo que le da sazón al equipamiento de los héroes porque podrás crear equipo único que no se encuentra disponible en las tiendas. Algunas armas, accesorios o armaduras las aprenderás conforme avances la aventura, pero otras solo las conocerás sí consigues la “receta”. Ya que te quitas está restricción tu única limitante serán los recursos que te pida cada cosa, lo chingón del asunto es que sí te va bien en la fabricación, los ítems te saldrán mucho mejor a que si lo compras en las tiendas. Es más, puedes hacer chamba extra para vender equipamiento mejorado a estas y tener dinero extra. En resumidas cuentas, el crear tu equipamiento es sencillo y cuentas con golpes especiales para hacer la cosa menos complicada, pero tendrás un número limitado de golpes así que hacerlo a lo wey no se puede.

Lo que me gusto de conseguir piezas de armaduras es que puedes personalizar a tus personajes con trajes únicos. Necesitarás conseguir el set completo, pero la neta le agrega un toque de coleccionismo algo cool. Claro que mejoran las estadísticas de quienes las usan sí se las equipas, aun así, sí quieres que tenga un outfit distinto, pero tienen mejores armaduras, puedes cambiarle la apariencia de forma independiente. Es buen detalle.

Ya que estamos hablando de verse bien. Dragon Quest siempre ha destacado en algo y ese algo es el apartado visual. Por favor, tú lo sabes, yo lo sé, hasta mi papá sabe quién es el que está detrás del diseño artístico del juego: Akira Toriyama a.k.a. el creador del Kokún. Es un hecho que el arte de este señor sigue siendo reconocible y llamativo después de tantos de Kamehamehas. Es por eso que el juego te enseña al hermano gemelo de Trunks, a Vegetas bbs y múltiples NPCs que son androide 18. Este arte se seguirá viendo bien de aquí hasta que se acabé el mundo y la neta que bueno que esto corra a favor para la franquicia. Este simple hecho hace más extraño que Dragon Quest no fuese relevante en Ámerica hasta la onceava entrega enumerada, algún ingenuo pensaría que se trata de otro juego del “infanzias” y por ende, ventas fáciles, ¿no? Buenoooooooo, sé porque no pego cuando el primer juego de la franquicia salió aquí en Occidente, pero eso es harina de otro costal ―Cof cof Dragon Warrior cof cof. Por lo menos en lo artístico el juego destacada, eso sí, tiene tropos del género como el típico cambio de color de enemigos para indicarte que es más fuerteeeeeeeeeee. Meh, ¿Para qué quejarse a estas alturas del partido?


Muy chido todo lo visual, pero ¿Y la resolución? La cosa puede variar mucho. En el dock tiene una resolución dinámica de entre 1280 x 720, 1408 x 792 y 1440 x 810, mientras que en modo portátil el juego cae a una resolución de 540p. Eso sí, tanto en el dock como en la versión portátil el juego corre a unos 30fps estables. Así que no te debes preocupar por el rendimiento ya que es igual a la versión del PS4 en cuestión de fluidez.

Lo que si no decepciona es el audio del juego en todos sus aspectos. Contamos con voces tan en japonés como en inglés y lo puedes cambiar dentro del juego. Por lo general juego los JRPG en inglés por cuestión de comodidad, pero aquí decidí hacerlo en su idioma natal porque no mameeeeeees, el acento británico que maneja el juego está medio extraño. Me basto con escuchar a la amiga de la Luminaria para darme cuenta que el japonés es el idioma ideal para la aventura. Otro agregado exclusivo de está versión es la música que está completamente orquestada, lo cual, de nuevo puede enchilar la cola sí cuentas con la versión original del PS4/PC porque ahí no lo están, pero este detalle realmente no baja la calidad del soundtrack del juego. Está vergas y se nota el cariño que le tiene está franquicia a sus icónicas melodías, el señor Koichi Sugiyama sigue siendo un maestro en esto de la música aun con su avanzada edad. Tiene una B de Bergas. Solo un detalle con respecto a la música y es que me ocurrió un error con esta: había ocurrido una escena de comedia y estaba una canción bien vivaracha para animar el ambiente, se acabó la cinemática pero eso no afecto a la rola, pensé que era parte del momento sin embargo me paso que dicha canción se empalmaba con las demás, haciendo que se escuchara dos melodías al mismo tiempo además de que el resto de los sonidos eran opacados por este error. Tuve que reiniciar el juego para que se detuviera, lo bueno es que solo me ha pasado en las 60 horas que llevo jugándolo, así que dudo que les pase.

Eso sí, en cuestión de texto el juego cumple bien a secas. Puedes disfrutarlo en español, castellano y solo puedes acceder a ese idioma cambiado el lenguaje de tu consola. Típico Square Enix, la verdad. Un detalle a considerar es que los subtítulos se adaptan al “acento” de los diferentes poblados del título, así que verás “acentos” italianos, francés y ¿nórdicos? Se aprecia eso porque demuestra que el juego se quiere tomar un poquito en serio culturalmente y es una costumbre de la saga, pero weeeeeeeeeeeeey, me tenía que parar a leer por unos minutos para entender que chingados me decían, y sí en español era un martirio, en ingles se me hacía un rompecabezas. No es malo, para nada, pero debes tomarlo en cuenta sí eres de esas personas que leen rápido y se saltan los diálogos.

Sí todo este paquete no te dice “clásico” por doquier es porque me falta mencionar el modo 2D del juego, el cual ha sido una tradición para saga en las consolas de la Gran N. Podrás acceder a este modo desde el principio del juego o en las iglesias. Es curioso porque la distribución de las mazmorras cambia e incluso hay misiones específicas de este modo, la única pega es que aquí las batallas aleatorias sí están presentes en todo momento lo cual puede molestar a alguien, pero oye, creo que es un buen precio a pagar para vivir la experiencia Dragon Quest en su totalidad. Aun dicho esto, yo no disfrute del todo este modo. Capaz y para los fans más aguerridos ―O sea… 2 ― esté chido. Yo paso en está ocasión.

Les seré sinceros raza, escribí esta reseña del juego en AGOSTO y tuve que hacerle unos cambios con respecto a las diferentes versiones del mismo porque durante esas fechas apenas se había anunciado que esta versión estará disponible para todas las plataformas. Cosas como la música, el voice acting, el modo 2D solo estaba presente en la versión del Switch, pero dichos agregados ya están disponibles en las consolas de Microsoft, SONY y la PC. CABE MENCIONAR que básicamente hicieron copia y pega porque todo el apartado de la resolución y fps se mantuvieron sin cambios para las demás plataformas, a pesar de ser hardware más potente que la tableta de Nintendo. Lo peor del todo es que es todo o nada: Te compras le Definitive Edition o no lo haces porque Square, a la Nintendo, retiro de las tiendas digitales la versión vainilla del juego. Viene a precio reducido (en todas las plataformas, menos en Switch), de unos 40 dólares, pero sí succiona a cola dicha decisión.


Como comentario final, Dragon Quest XI: Echoes of an Elusive Age Definitive Edition S hace muchas cosas. Tiene un nombre estúpidamente largo, muestra con orgullo el género de los JRPG en todo su esplendor sin dejar de ser amigable para los novatos porque no se siente complicado, te explica poco a poco sus mecánicas y ya después te suelta para que las exprimas todo lo que puedas. Puede que el sistema por turnos puede alejar a muchas personas por eso mismo, se puede pensar que está “obsoleto” porque en estos últimos años ―Y sí, ya estoy sonando como disco rayado ―, se ha experimentado mucho con el JRPG, aunque eso ha logrado que lo viejo se sienta nuevo y puede que se sienta algo lento, pero puedes modificar la velocidad de los combates en las configuraciones del juego. Es como sí el género pasará por una crisis de los 40’s y regresa a lo sus raíces retro para sentir en la ondaaaaaaaa chavos.

Sí te llama la atención jugarlo, date. No te vas arrepentir de la compra, se encuentra para todas las plataformas y eso se traduce a muchas horas de juego porque el postgame y la posibilidad de jugarlo en 2D te darán mucho que hacer. Ya sí no te atraen los JRPG por su sistema de turnos… Puedes prescindir de Dragon Quest ya que hay otros juegos con este gameplay que se siente más dinámico cómo Octopath Traveler ―Link de su reseña aquí abajito jeje ―, y la serie de Persona.

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