Reseña: Iconoclasts
Iconoclasts
En la escena independiente de la industria de videojuegos existen practicas comunes que ya consideramos como costumbres de ese lado del desarrollo. Cosas como utilizar pixel art, usar géneros conocidos por el colectivo popular, pero con una mecánica o contexto único y que sea un juego de exploración 2D, conocidos como por el nombre de “Metroidvanias”, son los tropos comunes de los desarrolladores indie. Lo chistoso del asunto es que el juego en cuestión, Iconoclats que está disponible para la PC, Xbox One, Play Station 4 y Vita, y la Nintendo Switch, cuenta con los elementos que he mencionado y aunque lo haga parecer genérico, esto solo es en el papel porque en la práctica dicho juego tiene un toque distintivo para diferenciarse entre las demás propuestas que hay en el mercado.
Una espiral de conflictos
Iconoclasts nos cuenta la historia de Robin, una simpática rubia que hace las labores de mecánica en su pueblo, ayudando a todo aquel que necesite ajustar unas tuercas. Todo sería paz y tranquilidad sí no fuera que ella no está autorizada para hacer dicha labor por la “One Concern”, un culto religioso que está al pendiente de todas las profesiones y resulta que la más importante es la que práctica nuestra protagonista, ya que los mecánicos son las únicas personas que tienen la bendición de usar el “Ivory Oil”, que es un combustible usado para prácticamente toda labor en su mundo. Descubren a Robin a la mitad de un trabajo, es encarcelada, pero logra escapar de prisión y decide hacerle frente a la “One Concern” con la ayuda de su amiga Mina, quien conoce en prisión.
Ahora bien, eso es la punta del iceberg ya que el juego toca muchos más temas de los que pude dar entender en la sinopsis, cosas como el machismo, ideologías filosóficas y la visión que tiene el mundo sobre una persona entre otras cuestiones, son cosas que Iconoclats no se toca el corazón al exponerlas para no solo hacer dudar a nuestros protagonistas, si no al jugador porque son asuntos que se puede o se viven día a día. Lo que provoca que uno como espectador se quede enganchado esperando que cosa puede sucederles a los personajes porque se sienten reales y te preocupas por ellos. En pocas palabras: Es una espiral de problemas que se van haciendo más grandes conforme avanza el juego y tu estas ahí para verlo en primera fila.
Eso sí, lo malo de esto es que el juego escupe información y diálogos a lo bestia, esto provoca que no puedas entender del todo cierto punto o momento de la historia, lo cual conllevaría una segunda vuelta, pero eso último no es para nada malo, aunque sí algo rebuscado.
Matando dos pájaros de un tiro
Con eso de que Robin es una mecánica, no es solo un mero pretexto para que tengamos una historia algo locochona, sino que es la base para la exploración debido a que los escenarios se sienten más como un acertijo que resolver que meros pasillos interconectados. Iremos resolviendo estos obstáculos gracias a las herramientas de nuestra protagonista que son una pistola que adquiere varios tipos de disparos y una llave inglesa ridículamente grande que tendrá varías habilidades utilices como el desplazamiento por rieles o propiedades eléctricas.
La diferencia con otros juegos del género es que Iconoclats no está tan enfocado en el combate durante la exploración, vaya que sí hay enemigos, pero estos no abundan y de hecho son muy pocos. Como ya mencione antes, la mayoría de ocasiones los escenarios serían un gran acertijo a resolver, ya sea que necesites usar las habilidades propias de la No ayudante de Batman y de sus objetos, la filosofía del título es la misma que en otros juegos del estilo: “Si no encuentras la forma de avanzar, sigue explorando, capaz y aun no tienes la mejora apropiada”, con la gran diferencia de que dichas mejoras sí tiene un impacto fuerte durante la resolución de la zonas y no es un mero gadget que pierde relevancia después de usarlo en la parte que es obligatorio. Esta filosofía se ve aplicada a los jefes, ya que también es necesario resolver su acertijo para dejarlos expuestos y darles en su madre hasta recuperen sus defensas.
Junto con esto, nuestra protagonista puede equiparse diferentes mejoras temporales o perks que irás encontrando en los niveles en formas de planos o bien, pueden ser tu recompensa al completar alguna quest secundaria. Robin podrá tener tres perks equipados los cuales se desactivarán sí ella recibe algún golpe del enemigo, pero se podrán recuperar rompiendo objetos en los escenarios. Con ello quiero aclarar que podrás equiparte estas cosas en las diversas estatuas que fungen como zonas de guardado, lo menciono porque el juego no lo hace y al principio estuve algo perdido con esta opción en un principio.
Algo curioso del juego es que presenta varios tipos de dificultad, pero con el giro de tuerca de que puedes seleccionar la dificultad cada vez que cargas tu partida desde el menú principal. De esta forma no te comprometes a pasarte el título en una sola dificultad de principio a fin dándote la posibilidad de disfrutarlo como quieras, dependiendo de tus ánimos.
Presentación simple pero efectiva
Como ya mencioné, otra práctica común para la escena indie es el uso del pixel art para crear sus juegos, esto tiene tres propósitos: Apelar a la nostalgia y de paso tener un diseño artístico llamativo, además de que es una forma para ahorrar costos. Iconoclats cumple con estos puntos y he de decir que lo cumple de buena manera. Sus escenarios y personajes cuentan con mucha personalidad siendo bastantes únicos unos de los otros, en especial Robin, quien a pesar de no decir ni una sola palabra es de los personajes más expresivos que he visto en un videojuego por como demuestra sus emociones mediante expresiones faciales y corporales. Con todo y eso de que el juego se ve muy colorido e infantil, a veces llega a ser muy gráfico y eso lo hace más impactante por esa estética tan inocente.
La música va por las mismas, son tonadas que recuerdan mucho a la época de 16bits de los 90’s. Melodías chiptone que acompañan a la experiencia en todo momento, ya sea explorando un bosque muy lindo o escapando de una gran amenaza. Lo interesante de la música es que esta se ira poniendo más… Interesante conforme avanzas la historia, así que ve con la mente abierta de que irás escuchando distintos géneros musicales.
El juego cuenta con traducción al español, pero debes cambiar la configuración del idioma de tu consola o sistema para dicha opción. Además es un español ibérico, así que vete acostumbrando a la jerga castellana con el toque curioso de que los nombres de algunos personajes tienen una “traducción”
Conclusiones
Iconolcasts es una propuesta interesante a los juegos de exploración 2D, ya que su enfoque no es el combate, sino en la narrativa y la resolución de acertijos. Por sus puntos a favor hace que este a la altura de títulos como Hollow Knight y Axiom Verge, que sí bien estos juegos apuntan a un estilo más clásico del género son las experiencias más cercanas a este juego, por su narrativa y tono general.
Como cerecita en el pastel, este juego fue desarrollado por una SOLA persona. Esta bella pieza de software fue creada por el sueco, Joakim "Konjak" Sandberg, quien tardo alrededor de 8 años en desarrollar Iconoclasts. Su trabajo es de aplaudirse porque ese largo periodo de desarrollo fue alarmante y podía considerarse que estuvo en un “development hell”, pero nada lo detuvo a sacar una joyita.
Para terminar, este juego está disponible para todas las plataformas actuales: PlayStation 4, Ps Vita, Xbox One, PC y la Nintendo Switch. Si puedes escoger, te recomendaría la versión de la consola portátil de la gran N por su portabilidad, ya que siempre es un buen punto poder jugar en el trono sin algún problema. De ahí en fuera, todas las versiones son igual de buenas y no te decepcionaran.
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