Top momentos inolvidables en videojuegos
Que onda
raza, sí que ha pasado un buen rato desde que publique una entrada escrita por mí
y aunque esto no es una reseña, les vengo a dar un listado de momentos que son
inolvidables para mí como jugador. Está de más decir que esto es un top
meramente personal ya que se basa en experiencias propias y que además
contendrá spoilers de algunos juegos, el que avisa no es traidor.
Y sí
andaban con el pendiente, ya estoy trabajando en la próxima reseña. Que en el
verano escasean los juegos así que ando retomando algunos que deje olvidados
por razones... A ver sí tengo la fuerza para terminar pronto dicho juego *guiño
guiño*
Antes de
empezar, quiero dejar en claro que no hay un orden en específico de los
momentos que escribí aquí. Eso significa que el último puesto no es más
importante que el primero, simplemente es para darle un orden. Dicho todo esto,
comencemos.
La pelea con el Huérfano de Kos | Bloodborne
Sí, el niño anciano se hace de nuevo una aparición en un
listado. From Software tiene una práctica constante al momento de lanzar DLCs
en sus juegos: que sean más desafiantes que el juego base y que tengan un jefe
final muy poderoso. Dark Souls tiene a Manus, Dark Souls 2 al Caballero del
Humo, y Dark Souls 3 tiene a Gael. Bloodborne no se queda atrás y nos presenta
al Huérfano de Kos.
El trasfondo de esta criatura es bastante denso y aquí
no voy a hablarles tanto sobre él, solo tengan en cuenta que es un dios recién
nacido y que es capaz de matarte en un parpadeo sí te descuidas. La primera
fase la puedes librar al usar el parry ya que es muy vulnerable a esto, pero
cuando llega la segunda fase OH BOY. Te cagas en los pantalones. La razón por
la que nunca olvidaré esta pelea es el momento justo cuando cambias a la
segunda fase, la música se pone densa y es más predominante al mismo tiempo de que este ser grita para aumentar su tamaño y fuerza. Eso junto con unos audífonos provocó
genuino miedo en mi durante el combate porque el Huérfano se mueve tan rápido y
errático que simplemente no sabía qué hacer, solo reaccionaba. Ya no es el
hecho de que le gane, si no por eso, que me dio miedo y yo me considero una persona poca asustadiza, la verdad. Después pude vencerlo, eso sería obvio, pero ese momento sin duda me marco y es por eso que el
Huérfano de Kos y Bloodborne serán experiencias inolvidables para mí.
Ah sí, Laurence se puede ir a la chingada.
Kratos cargando a Artretus para pedir ayuda/recuperando las espadas del caos | God of War (2018)
God of War (2018) tiene TANTAS cosas que amo: su jugabilidad,
su historia, personajes. En serio, realmente disfrutaba este bendito juego cada
momento, pero las ambiciones narrativas de Cory Barlog van más allá de golpear
dioses y decir BOI todo el tiempo. Al principio todos creía que GoW sería una
misión de escolta enorme por la presencia de Artreus, pero gracias a Dios son
pocas las ocasiones que debes cuidar al niño y él es bastante útil en el
combate. Su utilidad es tal que las peleas se sienten incompletas sin él,
además que es un gran personaje ya que vemos su evolución a lo largo de la
aventura.
En cierto momento, el BOI cae por la enfermedad que
tanto lo a acosado en su vida, que no es más que su naturaleza reprimida de
dios. Al caer enfermo casi muriendo, su padre, Kratos se ve obligado a pedirle
ayuda a la única persona que podría curar a su hijo, a la diosa Freya, así
comiéndose su orgullo para salvar al único familiar que le queda. En ese tramo
lo único que le comandamos a Kratos es moverse porque se ve limitado por tener
a su hijo en brazos, se ve su preocupación, se ve su miedo y el hecho de que el
jugador realice esa tarea es bastante impactante porque bien pudieron haberla
hecho una cinemática más, pero no. Quieren que sientas la desesperación del
fantasma de Esparta.
Ya cuando conoces el objetivo para salvar al Artreus,
Kratos se ve envuelto en sus miedos, en sus fantasmas del pasado porque por su
culpa su hijo cayó enfermo, pero debe hacerles frente para salvar a Artreus. Lo
que significa abrir viejas heridas o para ser más precisos, quemarlas tras
recuperar las espadas del caos. Aquellas espadas que tanto lo maldijeron en su
vida pasada en Grecia, pero que son la única opción para hacerse paso a las
legiones de Helheim quienes impedirán su recorrido por el reino de los muertos. Esa sensación de usar las espadas que le costaron su alma a Kratos es indescriptible. Sí eres fan de la saga te sentías como en casa por tener un arma que mantenía tu espacio de los enemigos, pero las preocupaciones y vergüenza de Kratos hacia sí mismo se plasmaron desde ese momento en adelante en el juego, haciendo múltiples recordatorios de sus pecados, pero ese imagen se va yendo cuando poco a poco vas mejorando las espadas del caos y por definición, al fantasma de Esparta. Dejando ese aspecto oxidado, descuidado y rasposo por una apariencia más limpia, brillante y liza, lo cual demuestra la evolución de nuestro calvo favorito como personaje: de pasar a ser una bestia sedienta de sangre a un guerrero que solo pelea cuando tiene que hacerlo.
La misión del Ashtray Maze | CONTROL
Remedy sin duda me sorprendió con su trabaja en
CONTROL. Claro, su rendimiento es cuestionable y es algo que nunca voy a
olvidar por lo inconsistente que llegaba a ser. Lo que le aplaudo al juego es
que sin duda tiene una de las misiones más divertidas y con más trasfondo que
he tenido el placer de jugar, claro que me refiero a la misión del Laberinto
Cenicero(?) que son pasillos interminables de un Hotel.
La clave para hacerte paso por el laberinto es que
debes conseguir el walkman de Ahti (el conserje del Buro de Control), el cual
es la llave que te abrirá el paso por del lugar. Una vez que lo consigues
empieza a sonar una canción de powermetal que irá al ritmo de los
acontecimientos que vive Jesse, nuestra protagonista (y por ende, tu como
jugador). Cuando hay balaceras la canción a esta a todo lo que da y están
hechas para que vayas fluido sin alguna interrupción ―O sea, están sencillas
para ese punto tan avanzado del juego y no te mueras por manco ―, para pasar a las zonas calmadas de
exploración y plataformeo, donde la canción se tornará en una tranquila
melodía. Todo ese recorrido no sería igual sin la grandiosa canción de “Take
Control” y aparentemente no soy el único que disfruto el viaje porque a
terminar el laberinto Jesse dice, como si le leyera la mente al jugador la
frase: “Eso fue increíble”. Vaya que sí lo fue.
Quisiera volver a jugar CONTROL sin la obligación de platinarlo porque neta ese juego me divirtió bastante. No me hizo sentir como un manco ya que lo soy en los shooters y eso, ya dice mucho de la obra de Remedy
La pelea final con Sigma | Mega Man X4.
Esto fue más un logro personal que un momento
épico/emotivo/impactante. Déjenme les explico, cuando su estimado "escritor" era
un niño tenía el MMX4 en su PlayStation 1 y pudo hacerle frente a todos los
niveles y jefes del juego hastaaaaaaaa la pelea final con Sigma, más
precisamente a la tercera fase donde cambia de forma y que cada una tiene una
proporción individual de la barra de vida, o sea, sí te chingas una forma no
significa que hayas acabado con la batalla. Debías hacerlo con casi todas hasta que la barra se acabara.
Yo de chiquito nunca pude vencerlo, era tan torpe (y
un lo sigo siendo) que no podía encontrarle el timing de los ataques de cada
una de las formas y moría tantas veces que simplemente lo dejaba por
frustración. No fue hasta el 2018 que salió la Mega Man X Legacy Collection 1+2
que pude derrotarlo. Créanme que me sentí realizado al ver los créditos finales
del juego POR mérito propio y no porque me haya ayudado alguno de mis hermanos.
Sí, estoy consciente que no a todos les paso esto y lo atribuyo más a que soy
muy torpe en los juegos, pero estoy seguro que mi yo de 6 años hubiera gritado
de emoción al ver que mi yo actual pudo derrotar al jefe que tanto le costaba
vencer y que, además, le causaba miedo por la música.
LETS FUCKING
GOOOOOOOOOOO | Sekiro Shadows Die Twice.
Creo que no es para sorpresa de nadie que me encanta
Sekiro. Lo he terminado unas 10 veces y de maneras diferentes. Está mi primer
playthrough todo pendejillo, la vez que lo platine, la vez que decidí acabarlo
sin mejorar la barra de vida y sin amuleto de Kuro ―El peor error que he tomado
en la vida. Conozco ese juego de pies a cabeza y quería ponerme aprueba en que
tan rápido podía acabarlo de una sola sentada.
Básicamente saqué mi speedrunner interior y dije “LETS
FUCKING GOOOOOOOOO” y terminé mi recorrido en un tiempo record (para mi) de
3:39:52. Pude habérmelo acabado con menos tiempo, pero preferí enfrentarme a
Maestro espadachín, Isshin en vez de sacar el final Shura, ¿Por qué? No tengo
practica con Isshin Ashina ja. Además, las malditas ojos de serpientes siempre
han sido un dolor en los tanates y cada una me agrego más o menoooooooos ¿diez
minutos? Ya estoy practicando para vencer esos obstáculos y espero superar mi
tiempo, la verdad. Así es como he exprimido este juego en su totalidad, la
verdad tardaría en cansarme de el.
JAAAAAAJAAAAAAJAAAAAA Supere esa marca el día siguiente ahora tengo un lindo 2:26:38, nuevo récord personal, papá. Pude haberlo acabado MUCHO ANTES, pero olvidaba pequeños detalles que no me dejaban seguir adelantes (llaves, hablar con un NPC en el momento justo, etc.), pero puedo sentirme bien con acabar este juego tan rápido. Si quisiera pudiera acabarlo en un rato libre antes de alguna salida, lmao.
La llegada a Anor Londo | Dark Souls
Dark Souls es un juego que me marco tanto como jugador como persona, siendo una metáfora en la vida para seguir adelante sin importar que y no volverte HUECO, o así lo quiero ver yo. La verdad es que en su momento, no pude terminar este titulo porque era demasiado manco y la dificultad del juego simplemente me gano, pero años después decidí retomarlo y lo jugué en un momento de transición en mi vida en donde tenía que decidir que quería hacer para el futuro.
Jugué este juego con la esperanza de vencer mis miedos y poco a poco me hice paso por todos los lugares que me planteaba el juego: El techo donde te enfrentas a las gárgolas, BLIGHTTOWN y las profundidades. Todo para culminar en la fortaleza de Sen, el cual tenía fama de ser una zona muy traicionera por sus trampas y lugares apretados. Me arme de valor y le hice frente a dicha fortaleza para llegar a la cima de esta y así terminar con la pelear del Iron Golem. Tenía un garrotazo en ese momento y la pelea fue sencilla porque aturdía a ese mamonzon, pero el momento que tanto esperaba llego. Vencí al jefe, apareció un circulo en medio de la zona de pelea e interactue con esa figura y simplemente se activo una cutscene donde unas gárgolas con cara del Señor Burns me agarraban para llevarme a lo más alto de unos muros, para así, apreciar la hermosa ciudad de los Dioses: Anor Londo. Fue en ese momento en el que me dije "Sí ya llegue hasta aquí, puedo con lo que sea que me lance el juego" y eso fue suficiente para terminarme la primera obra maestra de Hidetaka Miyasaki.
Viejos recuerdos jugando con mi hermano | Metal Slug.
Cuando uno es niño solo le importa divertirse y es
mejor cuando lo hace en compañía. Mi hermano y yo hemos estado juntos gran
parte de nuestra vida, y varios de esos momentos se deben a que nos la hemos
pasado jugando juntos. En especial la colección de Metal Slug para la
PlayStation 2.
No recuerdo para nada el porqué, pero un primo, mi hermano y yo nos quedamos en la casa de mi abuela paterna todo un día. Así que nos llevamos la consola antes mencionada con un puñado de juegos para pasar el rato ¿y que me forma de pasar el rato que muriéndose a lo bestia jugando Metal Slug 3? Pues así fue. Nos la pasamos jugando ese maldito juego. Las vidas venían y se iban, y los “¡Eddie me chingan!” estaban a la orden del día. De alguna forma logramos llegar a la misión final para rescatar a los personajes que raptaron los marcianitos 100% reales no fake, ¿Cómo? Partiéndoles la madre en su casa y con su gente. Esa música épica, endemoniada dificultad y humor absurdo se quedarán plasmados en mi memoria de aquí hasta que me muera. Lo mejor de todo que fue sin interrupciones de mis padres, abuelos o de algún adulto mayor… Pensándolo bien, ¿Por qué vergas estábamos solos? Recuerdo que estuvimos así casi todo el día. Era asueto, creo, pero no había nadie en la casa fuera de nosotros. Es extraño.
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